jueves, 26 de septiembre de 2019

la Calchona


Leyenda Chilena de Terror de la CalchonaLos chilenos dicen que la Calchona era una hechicera que vivía con su marido y dos hijos. No obstante, éstos no sabían que en realidad la mujer era una bruja.

En el sótano de su casa, la mujer tenía varios frascos en los que almacenaba ungüentos (o pomadas como también se les conoce en ciertas partes de Latinoamérica), mismos que al ser puestos en un ser humano, lo transformaban en cualquier clase de animal que ella quisiera.
También se comenta que, por las noches, lanzaba un hechizo sobre su hogar, para evitar que tanto su esposo como sus hijos se despertaran durante la noche y así ella pudiera salir a lanzar conjuros a diestra y siniestra, sin el peligro de ser descubierta.
Muchas veces ella misma se aplicaba una crema, que le brindaba la posibilidad de convertirse en una oveja negra. Este disfraz lo usaba para pasear por el campo sin ser molestada.
No obstante, una noche que estaba a punto de abandonar su domicilio, se le olvidó lanzar el conjuro que dormía a sus hijos, por lo que éstos la vieron transformarse.
Los pequeños cogieron el frasco que había dejado su madre sobre la mesa y se lo untaron rápidamente en el rostro. Pasados unos segundos, su cuerpo se transformó en el de unos pequeños zorros.
Al principio los niños estuvieron muy felices, pues pensaron que sería divertido salir a pasear «disfrazados» por el bosque. A pesar de ello, después de unos minutos comenzaron a llorar amargamente, puesto que se habían dado cuenta de que no tenían un modo de regresar a ser humanos.
El llanto de los infantes, provocó que su padre se despertara. El hombre se sobresaltó al notar que en su casa sólo había un par de zorritos, mientras que su esposa e hijos habían desaparecido sin dejar rastro.
Sin embargo, al ver tirado uno de los frascos. A los zorros, recordó las clásicas leyendas chilenas que afirmaban que las brujas usaban pomadas para convertir a los malos en animales.
Buscó por toda la casa, hasta que encontró oculto en el sótano el lugar en donde estaban los ungüentos. Revisó las etiquetas y cuando encontró la que decía «antídoto» se lo aplicó a los niños, quienes rápidamente recobraron su forma humana.
Luego de eso, el hombre tomó todos los demás tarros y vació el contenido de estos en el río. Seguidamente, tomó a sus hijos y abandonó la casa lo más pronto posible.
Posteriormente la bruja regresó a su hogar y vio cómo su marido y sus pequeños se habían ido. Velozmente fue hasta el sótano buscando los ungüentos, pero desgraciadamente sólo encontró en ellos restos de las pomadas.
Se untó los sobrantes de las cremas en sus manos y en su cabeza, logrando que éstas recuperarán la forma humana, pero dejando el resto de su cuerpo igual al de una oveja.
Por esa razón, algunas noches los campesinos afirman que se puede escuchar balar a una oveja, quien busca a sus hijos desesperadamente. Adicionalmente, existe otra versión en la que se dice que la gente a veces le deja afuera de sus casas un plato de comida a la Calchona, pues se trata de una criatura mitológica completamente inofensiva, puesto que los años que ha pasado buscando a su familia, le han servido para arrepentirse de todos los males que provocó.

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